Es una tarea sencilla y sin embargo muchas personas cometen errores importantes en el momento de cepillar los dientes. Nos lavamos los dientes varias veces al día y si adquirimos malas costumbres o convertimos en un gesto mecánico algo que puede hacerse mejor, por acumulación podemos acabar dañando los dientes, el esmalte o las encías. Es importante repasar nuestra técnica y es mucho más importante enseñar a los niños y niñas desde muy pequeños a hacerlo bien, mínimo dos veces al día.
Principales errores que cometemos al cepillarnos los dientes
Errores al elegir el cepillo dental:
- Demasiado duro o demasiado blando: si tus dientes son normales y tienes una boca sana, se recomienda un cepillo de cerdas suaves. Se recomienda a los que tienen problemas con las encías o con el esmalte dental, así como a los niños menores de 12 años, que usen cepillos con cerdas suaves.
- Usar el mismo cepillo durante más de tres meses o no renovarlo después de una enfermedad infecciosa. Recuerde que el cepillo retiene los virus y bacterias. Además las cerdas se estropean y deforman, repercutiendo en la calidad del cepillado.
- Usar un exceso de pasta dental. Para una limpieza óptima, necesita una bola del tamaño de un guisante grande, de lo contrario, el cepillo se deslizará fuertemente y no llegará a la placa.
- Usar una pasta dental demasiado abrasiva.
- Cepillar los dientes menos de dos minutos.
- Realizar movimientos incorrectos que causen desgaste en las encías y el esmalte.
- Además es muy importante acudir al odontólogo de confianza con regularidad. Lo más recomendado es una vez cada seis meses, para mantener la sonrisa sana y radiante.
- La composición de las cerdas: es mejor elegir cerdas sintéticas, porque las naturales producen acumulan más bacterias y pueden producir algo de irritación.
- El tamaño y la forma del mango: es importante elegir un cepillo con una buena ergonomía que podamos agarrar cómodamente para que no resbale y nos dañe las encías. También es importante el tamaño adecuado porque hay quien elige cepillos demasiado grandes que hacen difícil desplazarlo en la boca, o muy pequeño respecto al tamaño de la mano.
- El cabezal debe tener un tamaño adecuado para tu boca y a ser posible con un extremo de forma redondeada para llegar a todos los rincones de la boca. La longitud óptima del cabezal del cepillo de dientes es de 2 a 3 cm de largo y aproximadamente 1,5 cm de ancho. Elige un tamaño de cabezal adecuado al tamaño de tus dientes.
- Guardar el cepillo húmedo y no dejar que ventile hará que proliferen las bacterias.
- Dejar juntos todos los cepillos de la familia. Este es un error importante porque pasarán las bacterias de un cepillo a otro.
Errores con la pasta dental
- Usar demasiado dentífrico: un exceso de pasta dental no garantiza un mejor cepillado sino todo lo contrario. Recuerda que basta con poner un poco de pasta en el cepillo del tamaño de un guisante.
- Elegir mal la pasta: para una boca sin problemas, es mejor elegir un dentífrico no demasiado abrasivo. Es mejor evitar abusar de los dentífricos blanqueadores y leer la composición de la pasta dental para asegurarnos de que no contiene un exceso de químicos que a la larga pueden ser peligrosos.
- Elegir la pasta de dientes de oferta. Es un error frecuente no consultar al dentista para elegir la pasta dental en caso de padecer periodontitis, exceso de sarro, placa, caries, hiper sensibilidad, y otros problemas dentales. Hay una gran variedad de dentífricos de diferentes características y el dentista sabe la que conviene usar en cada caso.
Mala técnica al cepillarse los dientes
Aunque la OMS no recomienda ninguna técnica en concreto de cepillado dental, los dentistas están de acuerdo en recomendar la técnica de Bass modificada. A pesar de ser fácil, también lo es adquirir algún pequeño «vicio» y no completar el cepillado correctamente.
- Exceso de presión: No se lavan mejor los dientes al ejercer más presión. Los movimientos deben ser siempre muy suaves.
- No colocar el cepillo a 45 grados respecto a los dientes.
- No hay que hacer movimientos en horizontal porque trasladas la placa de un lado a otro y la recolocan en los huecos entre los dientes. Lo que queremos es barrer la placa fuera del diente, de arriba a abajo en los dientes superiores y de abajo a arriba en los inferiores.
- No hay que olvidar la superficie de masticación «rastrillando con el cepillo hacia afuera de la boca.
- Cepillarse sin enjuagar, aunque muchos piensan que no hay que enjuagar la boca tras el cepillado, es obvio que queremos sacar todas las bacterias y restos de comida de la boca.
- Cepillarse demasiado rápido: dedica tiempo suficiente al cepillado, al menos dos minutos. Mejor si es más.
- Cepillado desigual: dedica el mismo tiempo a todos los dientes. Por eso se recomiendan los cepillos eléctricos con temporizador que nos avisan con un zumbido cada 30 segundos. Si dedicamos 30 segundos a cada cuarto de la boca, completaremos el cepillado en los 2 minutos recomendados.
Errores con el hilo dental
Recuerda que si no quieres usar hilo dental, puedes sustituirlo por un irrigador. Ni el mejor cepillo retira por completo los restos de comida y el total de las bacterias. Usar hilo dental o un irrigador mejorará mucho la salud bucal, evitará problemas futuros y mejorará el aliento.
- Usar poco hilo dental o no usarlo en absoluto. Hay que usar un trozo suficientemente largo que nos permita movimientos cómodos entre todas las piezas dentales.
- Usar un hilo demasiado gordo para nuestro espacio interdental o tan fino que no arrastre del todo los restos de comida.
- Presionar contra la encía sólo conseguirá que acabe sangrando. Hay que usar el hilo con mucha suavidad.