Los dientes sanos no solo son más bonitos y no duelen, sino que también ahorran dinero. Los dentistas no son nada baratos.
Sólo un pequeño porcentaje de la población adulta está libre de caries, el resto necesita empastes o incluso sufre de enfermedad periodontal severa. La razón puede ser que la mayoría de las personas no se cepillan los dientes correctamente como recomiendan los dentistas.
Sin el cuidado adecuado las bacterias se propagan rápidamente en la cavidad oral, lo que desencadena la caries dental y la enfermedad periodontal. Los microorganismos que dañan los dientes se alimentan de residuos de alimentos azucarados, que se depositan junto con los residuos de saliva formando la placa dental. Las bacterias convierten el azúcar ingerido en ácido y lo excretan.
Este ácido a su vez ataca al diente extrayendo minerales su interior. Con el tiempo, el diente se vuelve poroso y se forman agujeros: la caries dental. Las encías también sufren, puede inflamarse dolorosamente hasta generar una periodontitis severa.
Ambas enfermedades no solo dañan la cavidad oral, sino que, sin tratamiento, pueden extenderse a todo el cuerpo. La periodontitis, por ejemplo, favorece la artritis, la diabetes e incluso los ataques cardíacos. La caries dental no tratada también puede afectar la mandíbula a largo plazo.
Estas enfermedades dentales se pueden prevenir con sólo cepillar los dientes regularmente. El enjuague bucal antibacteriano no es una alternativa efectiva. Aunque desinfectan la cavidad oral superficialmente, no eliminan la placa rica en bacterias. Por lo tanto, el enjuague bucal solo debe usarse como suplemento: primero cepíllese los dientes y luego enjuague la boca con el enjuague bucal.
La mejor técnica para lavarse los dientes usando un cepillo manual es la Técnica de Bass Modificada.
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